12 nov 2008

La noche de las linternas

Ayer fue 11 de noviembre, día de San Martín de Tours. Y no, no voy a hacer apología del catolicismo, puesto que soy ateo. Lo del santoral viene a cuento de lo que me pasó ayer por la tarde. Imaginaros, está uno tan tranquilo en casa dándole al alemán (al idioma, no a un tipo con bigote) en su mesa multi-funcional, que lo mismo sirve para estudiar, que para cenar... cuando, de repente, se empiezan a oir tambores. Al principio en la letanía, pero cada vez más y más cerca. Y claro, uno piensa, coño, timbales, Semana Santa... ¿pero no estamos en Noviembre? Pero lo que ve cuando se acerca a la ventana y apaga la luz es una procesión, sí, pero de niños portando faroles (Laternen por estos lares). Y claro, como aquí en Alemania no encienden más que una de cada cuatro farolas (y con bombillas de poca potencia) por aquello de no gastar electricidad respetar el medio ambiente, eso más que un desfile de chavales cantando canciones, parecía la Santa Compaña. El caso es que es tradición el 11 de noviembre hacer eso para agradecer al santo su buen gesto y posterior reconversión. Y es que cuenta la leyenda que a San Martín, siendo soldado de la guardia imperial romana, apareciéndosele un buen día un mendigo en medio del camino pidiendo auxilio contra el frío, algo a lo que éste respondió rasgando su roja capa y dando la mitad al pobre hombre (que digo yo que ya le podía haber dado algo que abrigase más, ¿no?) El caso es que al día siguiente le vino a visitar Jesús con la mitad de la capa en la mano agradeciéndole el detalle, pues el mendigo era él... Y esta historia la aprovechan en Alemania los mozalbetes, con representación escénica incluída (al menos en Hamburgo), para salir a la calle a desfilar con farolillos encendidos para alegría de los viandantes y susto de muchos foráneos que no conocen sus extraños ritos.

Aquí dejo el video, aunque advierto que no se ve mucho. Y es que lo de la falta de iluminación en Hamburgo no era ninguna exageración. Pero eso, también, será para otro día.



1 comentario:

Roberto dijo...

Bueno, es que al principio y a lo lejos sólo se oía a los tamborileros, pero ahora que lo dices faltan las majorettes...

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