20 ago 2008

Telegráfico

Cuando uno tiene tanto trabajo como el que he padecido yo últimamente tiende a priorizar su tiempo de ocio. Es cierto que me gusta escribir, pero más me gusta tomarme una cerveza y es por eso que llevo una temporada desaparecido. Sin embargo, esta situación va a cambiar en muy poco tiempo. El nombre de este blog no es aleatorio (y quienes me conocen saben perfectamente que es una ruptura muy importante con los "Cuadernos" anteriores). El que se haya incorporado recientemente basta con que sepa que la misión de los Cuadernos es contar una historia. En este caso la historia de alguien que se fue a Alemania a trabajar durante unos meses. El tiempo de los exámenes acabo largo tiempo ha. Las universitarias bonitas con minifalda quedaron atrás (aunque algunos se empeñen en seguir intentando tirárselas). Es tiempo de trabajo, responsabilidades y otro tipo de relaciones personales. Es tiempo de luchar más que nunca y de disfrutar como siempre. Hamburgo espera al otro lado de una lúgubre jornada con Ryanair, plagada de peligros, turbulencias y olor a miseria. Misión 1: aterrizar vivos. Misión 2: encontrar piso. Misión 3: Bier, Arbeit und Raisen (cerveza, trabajo y viajar). Pero antes miles de trámites que completar. Y todo porque llegué ayer de Madrid (mi último destino) a Logroño (el último destino que deseo, además de mi pueblo natal) y tengo tres días para organizar un translado de residencia sobre el que no he podido pensar nada hasta esta misma mañana. Una tesina que acabar por delante y un tribunal académico ante el que defenderla a finales de septiembre. Un momento, me paro. Pienso. Me gusta esta sensación. Me gusta enmarañarme en mis ideas mientras escribo. La recuerdo de cuando viví en Budapest y escribí los "otros" Cuadernos. La cosa se pone interesante. Si me queréis acompañar en el camino prometo risas y entretenimiento. Pero eso será a partir del viernes.

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